Solo me ha costado 8 años atreverme a sentarme delante de esta “ extraña máquina”.
Fue Paco quien me dijo por primera vez que lo hiciera, pero nunca encontraba el momento, ni el tema, ni el orden para escribir, nada de nada, hasta que hoy, 25 de septiembre de 2020, he decidido empezar.
El esfuerzo de trabajar en el Turismo Rural
Tener una casa de Turismo Rural supone un esfuerzo, un trabajo que no está solo en la casa, pues puedes limpiar, decorar, ordenar, …, pero hay veces que el trabajo no está en el mocho o en el trapo, está fuera.
Y esto es una cosa que me daba mucha pereza y mucho miedo a la vez. Mezcla de sensaciones.
La casa…..que voy a decir yo, los complementos,…… no son bolsos ni pendientes, son una barbacoa, una piscina, excursiones y el complemento perfecto NUESTROS TURISTAS, NUESTROS VIAJEROS, personas desconocidas que se convierten en amigos y que con el paso del tiempo acaban siendo FAMILIA.
La felicidad de trabajar donde quieres..
En fin, superfeliz de poder trabajar aquí, de tener un negocio que empezó como por casualidad, con muchos miedos, pues cuando empiezas y abres una puerta al mundo cuesta un poco que la gente te conozca y confie en ti.
Joaquin y yo cenabamos en un restaurante de Graus, y en la mesa de al lado cenaban tres chicas, tres amigas, estaban hablando de algo que habían oído que hacían en un pueblo llamado Bellestar, que les parecía que decían que iba a ser un restaurante y que lo iban a abrir muy pronto.
No pude evitar girarme y decirles que éramos nosotros los de las obras y que estábamos haciendo apartamentos de Turismo Rural.
De esto hace ya 20 años.
La ilusión del primer día
Esa ilusión que teníamos entonces todavía nos dura hoy, y me gustaría que la fuerais sintiendo con nosotros en este blog.
A partir de ahora, además de nuestras redes sociales, por aquí también nos iremos viendo, mejor dicho leyendo.
Salud y saludos a tod@s.