Todo un lujo

Para mi la Navidad y todas sus fiestas eran las mejores del año. Me reunía con mi familia en casa de mis tíos o en casa de mis padres. Éramos pocos, tranquilos, muy protocolarios y correctos, cenas, villancicos, misas y aquellos pulsos entre padres e hijos.

Aquel primer año, yo quería desparecer, pero lo único que aparecía y retumbaba constantemente en mi cabeza era aquella frase que me dijeron: -PARA NAVIDAD CADA OVEJA EN SU CORRAL!!!

Narices ( por no decir coj…) este no era mi corral. De golpe y porrazo taitantos, todos en casa, gente nueva (para mi), unas comidas diferentes, otras tradiciones, otros juegos…

De todo esto ya hace 25 años, y sigue desordenándose todo mi orden para Navidad. Algunos ya no están, otros han crecido, otros seguimos estando y aumentando, algunos nuevos van viniendo… LA VIDA.

Pero este año nos ha marcado a todos, para bien o para mal o para las dos cosas a la vez. COMO ES EN MI CASO.

Ha sido el primer año en el que me he sentido por completo oveja en mi corral. Y ha sido el primer año que me he dado cuenta de la importancia de la familia que me rodea, y de la SUERTE y el LUJO tan grande que tengo de poderlo hacer en casa.

Cuesta un par o tres de días hasta que todo vuelve a estar en orden, pero ese RUIDO, esas VOCES, esa MÚSICA, esos ABRAZOS y esos BUENOS DESEOS… como los echo de menos este año.

Ahora ya sé lo que es la NAVIDAD, sí que es celebrar que Jesús ha nacido y que ese nuevo nacimiento es para mí una recarga de energía para afrontar un nuevo año, con sus subidas y sus bajadas, pero CON TODOS. Y eso no tiene precio.